sábado, 12 de junio de 2010

Dentro del área de cobertura (parte 2)

Dice la Palabra de Dios en el Salmo 125:1 y 2: “Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre. Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así JEHOVÁ ESTÁ ALREDEDOR de su pueblo desde ahora y para siempre.”

Todo puede moverse, aún la tierra, pero quienes confiamos en Jehová, quienes hemos hecho de Él nuestra cobertura ¡Permaneceremos firmes! Los montes alrededor de una ciudad conforman una defensa extraordinaria. Sumada a la defensa militar de un país, éstos presentan una barrera natural que impide al enemigo desplegar su ataque. Me emociona mucho pensar que Él rodea mi familia, mi trabajo, mi economía... ¡Jehová nos rodea!



Por otra parte el Salmo 91:4 dice “Con sus plumas te CUBRIRÁ, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.”



Recuerdo que luego del terremoto de Febrero pasado, esa misma noche abandonamos el departamento donde vivimos para buscar un lugar más seguro. Mientras caminábamos hacia una plaza en donde hubiera espacios abiertos, se podía sentir el miedo por lo que acababa de suceder y por las réplicas que habrían de venir. Inmediatemente, y de forma muy natural, sentí muy fuertemente esta palabra: "A la gente de propósito no la mata un terremoto". Esta verdad fue el "escudo y adarga" que nos proveyó confianza aquella noche. Sigamos analizando 4 poderosos principios más del relato que encontramos en 1 Reyes 17:8-16 y que nos describen cómo es la cobertura de Dios para la gente de propósito.



Principio 4. La gente bajo cobertura no es gobernada por el temor. ”No tengas temor…” (v.13). Cuando uno coloca un recipiente con semillas en el suelo con el propósito de alimentar las aves, podemos apreciar cómo se amontonan alrededor del recipiente a cierta distancia. Pero mientras no se den todas las condiciones necesarias ellas no descenderán a alimentarse. Si alguien anda cerca, simplemente permanecerán a distancia hasta que se sientan lo suficientemente seguras como para descender. El temor hace exactamente eso. Nos mantiene distanciados del plato de comida, impide que nos alimentemos. El temor nos deja sin alimento, llena nuestras cabezas de sensaciones que desvían nuestra mirada del plato de comida. Las personas cubiertas por Dios pueden despojarse tranquilamente de dichos temores y avanzar en forma directa hacia el alimento que es la Palabra de Dios, cobrando fuerzas y afirmandose para día a día dar pasos más seguros.



Principio 5. La gente bajo cobertura tiene claras sus prioridades. “…pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo…” (v.13). Primero lo primero, ese fue el desafío para la viuda. Si ponemos a Dios primero, abrimos la puerta al milagro. Si la viuda no hubiera hecho primero lo que le pidió el profeta, hubiera quebrado, hubiera quedado en bancarrota. Primero lo primero aunque vaya en contra del sentido común; primero lo primero aunque todos digan lo contrario; primero lo primero aunque parezca que debiera estar en otro orden de prioridades.



Principio 6: La gente bajo cobertura no se queda sin. “La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.” (v.14). En Josué 5:12 dice “Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año". No te vas a quedar “a pata” (como decimos en Argentina). Muchas veces el agua te va a llegar hasta el cuello per no te vas a ahogar, parecerá a veces que te quedas sin combustible pero te va a alcanzar hasta que llegues, en ocasiones te va a costar llegar a fin de mes pero justo antes de que esté por acabar todo allí aparecerá la respuesta, los cielos se abrirán y podrás ser testigo de la provisión maravillosa de Dios.



Principio 7: La gente bajo cobertura está lista para que se abran los cielos. “Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas." (2 Reyes 4:3). Lo único que tenemos que hacer es tener listas nuestras vasijas y tinajas. Esto significa que nuestras vidas tienen que estar preparadas para recibir el milagro del cielo. En el momento que Dios decide abrir los cielos sobre nosotros, nuestras vasijas y tinajas tienen que estar listar para recibir. Si estás pidiendo al Señor un auto, más vale que tengas listo el garaje. Es como tener lista la habitación del bebé porque su llegada no tarda. Mantén los ojos abiertos que la bendición de Dios no tarda en llegar. Si no estamos preparados, simplemente el contenido se derramará y perderá.

(Ver parte 1)

No hay comentarios: