domingo, 25 de julio de 2010

Problema de imagen

No tener una imagen correcta de quién es Dios afectará la forma en la que enfrentamos nuestros problemas y situaciones.

Marta, la hermana de Lázaro tenía este “problema de imagen”. Aún en presencia del mismo Dios hecho carne en su hijo Jesús le fue imposible comprender que “la resurrección y a vida” (Juan 11:25) habían llegado al rescate. Muchas veces en episodios mucho menos dramáticos solemos permitir ráfagas de interferencias provenientes de los problemas de la vida y nuestra visión de Dios se desdibuja. Es aquí cuando comenzamos a hundirnos.

Los amigos de Daniel (Sadrac, Mesac y Abed-Nego) tenían la imagen correcta de Dios. Al enfrentar la promesa de ser horrorosamente ejecutados si no se inclinaban ante la estatua de oro del rey Nabucodonosor, ellos respondieron lo siguiente:

He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 3:17 y 18).

Todos conocemos la historia de cómo estos hombres fueron milagrosamente rescatados del horno de fuego ardiendo.

Déjeme declararle con toda seguridad que aún cuando todo parezca acabado, el horno esté ardiendo a su máxima graduación, el agua sobrepase la altura del cuello, el hecho de saber quién es Dios aportará la fuerza y el ánimo para seguir adelante.

A muchos pudiera no resultarles racional esto, pero después de todo, no pretendo que lo entienda, simplemente lo invito a que crea. La Biblia nos dice que “sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” (Hebreos 11:6).

Permítame brevemente recordarnos a la luz de la Palabra de Dios algunas características que nos ayudarán a corregir la distorsión que tenemos acerca de quién es Dios.


  • Proveedor: la Biblia nos enseña que una de las características de Dios es que es “Jehová proveedor” (“Yahveh-Jireh”). En Génesis 22:14 nos relata la historia de cómo el Señor proveyó un carnero para el sacrificio. En el salmo 23 tenemos la promesa de que “nada nos faltará” por cuanto Jehová es nuestro pastor. 
  • Sanador: Dios es quien sana todas tus dolencias y el que rescata del hoyo tu vida (Salmo 103:4). En Éxodo 15:26 vemos a Dios declarando “Yo soy Jehová tu sanador” (“Yahveh-Gafa”). No puedo dejar de conmoverme al recordar cómo esta verdad se hizo carne en mi vida al ver como Dios sanó a mi madre de un furioso cáncer.  Él sanará incluso, si se lo permitimos, toda herida emocional y todo trauma del pasado.
  • Protector: Él es nuestra protección. Quién sabe qué hubiera sido de nuestras vidas si Él no hubiera acudido en nuestro socorro en tantas situaciones. Son tantos los peligros que uno corre día a día, y cuando hablo de peligro no me refiero sólo al peligro físico. Hay muchas formas de peligro merodeando. La Biblia dice que hay uno que anda como león rugiente buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8). Pero en Dios tenemos nuestra protección. Moisés, en una ocasión en la que con la ayuda de Dios el pueblo de Israel venció a Amalec, levantó un altar y llamó su nombre “Yahveh-Nissi” lo que significa, “Jehová es mi estandarte”. 
  • Paz: La paz que buscamos en tantas cosas la encontramos sólo en Dios. En una ocasión en la que alguien llamado Gedeón fue comisionado a enfrentar la situación más difícil de su vida, Dios se reveló de tal forma que edificó al igual que Moisés un altar en reconocimiento de que Jehová es paz (“Yahveh-Shalom”). 
  • Pastor (guía): Muchas decisiones que tomar nos presenta la vida. Hay ocasiones en las que nos sentimos en callejones sin salida. Quienes hemos depositado nuestras vidas en las manos de Dios, tenemos una guía superior. Por supuesto que nos equivocamos, pero cuando venimos a la fuente de toda sabiduría y dejamos que nos lleve de su mano, la más grande de todas las oscuridades de repente es iluminada y somos guiados a la victoria. El Salmo 23 dice que Jehová es mi pastor, y Él me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre y su nombre es “Yahveh-Raah” (Jehová es mi pastor). 
  • Justicia: Justicia es algo que en este mundo sencillamente brilla por su ausencia. El libro de Jeremías dice “En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra” (“Yahveh-Tsidkenu”). La justicia de Dios prevalece por encima de todo. No existe, ni ha existido ni existirá persona en todo el mundo que no vaya a comparecer delante del tribunal de Dios. Por este motivo le invito a correr a los pies de Jesús y dejar que Él lave sus pecados y limpie todo aquello que no es compatible con la justicia de Dios. La justicia de Dios es implacable. La paga del pecado requiere muerte. Jesús murió en una cruz satisfaciendo este requerimiento de la justicia de Dios para que todo aquél que crea en Él reciba el perdón y pueda presentarse como justo delante del Juez de jueces.
En este post hemos realizado un breve recorrido por algunas características que nos ayudan a tener una correcta imagen de Dios en nuestras vidas. En la próxima, elaboraremos algunos conceptos que nos permitirán tener una imagen clara de cómo nos ve Dios a nosotros. 

No hay comentarios: