martes, 29 de julio de 2008

Derretido


"Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies."
(Lucas 7:44-46)
Eran las primeras horas de la mañana cuando mi pequeña hija de casi 2 años se despertó llorando en reclamo de un poco de atención. En esos momentos, su mamá corrió pronto en su auxilio y la trajo por unos momentos a nuestra habitación. Cuando me vio, extendió su pequeño brazo hacia mi cara y con sus diminutos dedos comenzó a acariciarme mientras no dejaba de mirarme. Créanme que no existe forma de describir la experiencia, pero si tuviera que usar una palabra que ilustre cómo me sentí, es “derretido”. Me derritió el corazón, me conmovió, me sacudió. No creo que exista algo más lindo que el hecho de que un hijo tenga semejante gesto para con un padre, gesto por demás sencillo pero cargado de sincero amor y sentimiento. No puedo dejar de establecer la obvia comparación de nuestra relación con nuestro Padre que está en los cielos. A veces pensamos que es necesario llegar a Él con tantos formalismos y rituales. Y lo que verdaderamente espera de nosotros es tan simple como una caricia en su rostro. Siento que a veces perdemos de vista el verdadero objetivo de nuestra adoración: conmover a nuestro Padre, hacer que se derrita. La mujer del relato lo entendió, con sus simples gestos capturó el corazón de Jesús.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenisimo...apesar de todavia no conocer al respecto...creo que me lo estoy imaginando correctamente. Debe ser tremendamente profundo y llenador. A mi me llamo la atencion lo mismo que comentas...pero fue a traves de la peli Narnia...y la relacion cercana de Lucy con Aslan. Te la recomiendo. Marcos

Anónimo dijo...

Realmente es como decis Jorge...Dios no quiere formalismos sino que nos quiere tan simples como lo son los infantes que son transparentes y sinceros y en una caricia dicen tanto!!!!
Dios los bendiga mucho.Claudia.

Anónimo dijo...

Siempre pienso en esto y me derrite A MIII el hecho de pensar y saber que a Dios le gustan mis mimitos. La mayoria de las veces cuando me acerco a Él me lo imagino así, como un padre que está deseoso por recibir una muestra de afecto, y es cierto!! los pequeños detalles son importantes para Él. Mi deseo es que mi corazón se mantenga como el de un niño que corre a los brazos de su padre y le saca una tierna y fresca sonrisa :):):)
Saludos!!
MELI

Anónimo dijo...

Esta meditaciôn me conmoviò mucho Dios hablò a mi corazòn, para que cada dìa sea como una niñita de casi dos años pura, sincera, sin cera y le rinda al Señor mi mejor adoraciòn. Dios los seguirà usando para bendicir a muchos. Los re quiero. Estercita.