domingo, 13 de diciembre de 2009

Pasos que cuestan


Nuestros pasos deben llevarnos siempre en alguna dirección. Necesitamos pensar seriamente en nuestro propósito en la vida y en las metas que nos servirán de escalones para alcanzarlo. Ahora bien, muchas veces, tenemos en claro un propósito y hasta nos trazamos seriamente las metas. Muchas veces hasta logramos organizarnos de modo tal que planificamos cómo llegaremos al objetivo. Sin embargo en esa planificación consideramos todo excepto la más segura de todas las cosas: los problemas. Entre todas las incertidumbres que pudiera presentar la vida, una cosa sí es segura: tendremos problemas. Esto me lleva a pensar en la cantidad de personas que permanecen simplemente paralizadas en su camino hacia el objetivo simplemente porque se toparon con un problema. En lugar de hacer "doble clic" sobre el problema y tratar de resolverlo, esperan que el mismo simplemente desaparezca como por arte de magia o cambian su objetivo por otro menos ambicioso simplemente para tomar el atajo. Hay dos cosas que debieran motivarnos acerca de los problemas: En primer lugar, siempre tendremos problemas, por lo tanto el camino sí o sí es enfrentarlos. La persona que desea vivir sin problemas simplemente se encuentra en el planeta equivocado. En segundo lugar, en el ejercicio de resolver los problemas es en donde estará el verdadero crecimiento. Es necesario resolver el problema actual para continuar con el problema siguiente. Y así sucesivamente hasta que llegamos a la meta. La mayoría de las veces se encuentra escondida detrás de la resolución de un problema alguna virtud que incorporaremos a nuestras vidas como premio: desarrollar paciencia, aprender a trabajar en equipo, etc. Todos nosotros hemos sido increíblemente equipados por nuestro Dios con una capacidad especial para resolver problemas. Todos nosotros, tenemos algo que otros (y aún nosotros mismos) necesitan. Es en el ejercicio de esta capacidad que podremos ir dando los pasos necesarios en el alcance de los objetivos. Veremos cómo estas situaciones problemáticas, al final de todo "ayudan a bien" y lograremos la satisfacción inmensa de haber cumplido con nuestro propósito en la vida.
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien..." (Romanos 8:28)

1 comentario:

Anónimo dijo...

CREO QUE ESTE PENSAMIENTO ES EL QUE MAS HA AFECTADO MI VIDA Y LES DOY LAS GRACIAS POR AYUDARME A VER LAS COSAS DESDE OTRO LUGAR. COSAS QUE YA SE O QUE YA ME ENSAÑARON, PERO SIN EMBARGO SIEMPRE NECESITAMOS QUE ALGUIEN LAS VUELVA A DECIR EN EL MOMENTO EN QUE LAS NECESITAMOS ESCUHCAR. LULI