viernes, 30 de mayo de 2008

Otra adoración



"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren."

(Juan 4:20-24)


Más que músicos, lo que Dios busca son adoradores. En Juan 4:24, Jesús nunca dijo “…porque tales músicos Dios busca…”. La palabra que utiliza es “adoradores”. Es mucho más fácil encontrar músicos que adoradores. De otra manera, Dios no los estaría buscando.
Todos somos adoradores por naturaleza. Lo que difiere en un adorador de otro, es el objeto de la adoración. Ahora bien, en Juan 4:24, Jesús plantea un concepto revolucionario de adoración. Hasta entonces, la adoración se regía por cuestiones estéticas, externas más que por una actitud del corazón. La adoración era más o menos importante según el lugar en donde se realizaban los ritos. Según dónde se adoraba, se calificaba a la adoración de más o menos válida. Los samaritanos planteaban que la verdadera adoración se llevaba a cabo en Gerizim, mientras que los judíos la situaban en Jerusalén.
Esa es la razón por la que Jesús viene a romper los esquemas y paradigmas existentes planteando una adoración “en espíritu y en verdad”. Esta expresión puede ser fácilmente analizada empleando una expresión opuesta: “en carne y falsedad”. Claro que sí, cuando se nos dice “en espíritu”, se nos está diciendo que existe una adoración que no tiene nada que ver con el espíritu, con lo interior, sino más bien con las apariencias. Un tipo de adoración que carece de coherencia y consistencia entre lo exterior y lo interior. Se trata de una adoración que no es “sincera”. A propósito de la palabra “sincera”, es interesante conocer su etimología: en la antigua Francia, los escultores hacían sus esculturas en piedra. Los que realmente sabían, las hacían perfectas. Los que no eran tan buenos, hacían remiendos con cera. Entonces a aquellos escultores que fabricaban realmente bien sus esculturas, ponían sobre ellas un cartel que decía “sin cera” lo que significaba que no tenía remiendos, era como se la veía y no tenía absolutamente nada oculto.
Jesús sigue reforzando este concepto cuando agrega “y en verdad”. Nos está diciendo que existe una adoración que está relacionada con tratar de hacer pasar algo falso por genuino. Aparentemente existe un predominio de adoradores falsos. Es por tal motivo que Dios dice que “tales adoradores”, refiriéndose a los que adoran en espíritu y verdad, es necesario que le adoren.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

está muy bueno tu artículo sobre la adoración Yoryi. Me bendijo. Gracias. Ester.

Anónimo dijo...

Simplemente genial, consiso y concreto. Este mensaje fue compartido con algunos musicos de amistad de Cordoba, por el gran maestro...GITEN!
una masa!

Siga asi... otro alumno... MATI ALTINA